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EL AGUA Y TÚ PIEL

Hoy en INAYA queremos hablaros de un tema muy importante, se trata de la relación entre el agua y nuestra piel, como sabéis el cuerpo humano está compuesto en su mayoría por agua, y el porcentaje varía según la edad, el sexo y la cantidad de grasa corporal. En promedio, el agua constituye entre el 50% y el 70% del peso total del cuerpo humano.
El agua es uno de los componentes más esenciales para el bienestar general del cuerpo humano, y en particular, desempeña un papel crucial en la salud y apariencia de la piel. La piel, siendo el órgano más grande del cuerpo, necesita niveles adecuados de hidratación para cumplir con sus múltiples funciones.

¿Que estructura tiene la piel y cual es su relación con el agua?

La piel está formada por tres capas principales:

  • Epidermis: La capa externa, que actúa como una barrera protectora.
  • Dermis: La capa media, rica en colágeno y elastina, que proporciona estructura y elasticidad.
  • Hipodermis: La capa más profunda, que contiene grasa y tejido conectivo.

El agua está presente en todas estas capas y es fundamental para mantener su buen funcionamiento. En la epidermis, el agua contribuye a la función de la barrera cutánea, mientras que en la dermis, ayuda a mantener la elasticidad y firmeza de la piel a través de la hidratación de las fibras de colágeno.

¿Que beneficios aporta el agua a la piel?
  1. Hidratación y elasticidad: El agua es el componente esencial que mantiene la piel hidratada. Cuando la piel está bien hidratada, las células de la epidermis se llenan de agua, lo que le da una apariencia suave, tersa y radiante. Además, la hidratación adecuada mejora la elasticidad de la piel, reduciendo la aparición de arrugas y líneas finas de expresión.
  2. Mantiene la barrera cutánea: La piel actúa como una barrera protectora frente a agresores externos como la contaminación, los rayos UV y los microorganismos. El agua es fundamental para la integridad de la barrera cutánea, ya que previene la pérdida excesiva de agua a través de la piel (pérdida de agua transepidérmica), ayudando a mantener la piel protegida y saludable.
  3. Eliminación de toxinas: El agua es esencial para la eliminación de toxinas a través del sudor y la transpiración. Mantener el cuerpo bien hidratado ayuda a que la piel se mantenga limpia, minimizando la obstrucción de los poros y previniendo la aparición de problemas como el acné.
  4. Promueve la cicatrización: Cuando la piel está bien hidratada, se mejora su capacidad de regeneración y reparación, acelerando la curación de heridas, cicatrices y quemaduras. El agua también contribuye a mantener los tejidos más flexibles y evitar la formación de cicatrices profundas.
¿Que ocurre cuando falta agua en la piel?
  1. Sequedad y descamación: La piel que no recibe suficiente hidratación tiende a volverse seca y áspera. Esto se debe a que la epidermis pierde su capacidad para retener agua, lo que conduce a la descamación y una textura áspera al tacto.
  2. Envejecimiento prematuro: La piel deshidratada es más propensa a desarrollar arrugas y líneas de expresión. Sin suficiente agua, las fibras de colágeno y elastina en la dermis se debilitan, lo que provoca una pérdida de firmeza y la aparición de signos de envejecimiento prematuro.
  3. Pérdida de luminosidad: La piel deshidratada tiende a lucir opaca y sin vida. La falta de agua en las células de la piel afecta su capacidad para reflejar la luz, lo que reduce la luminosidad natural de la piel.
  4. Irritación y sensibilidad: La piel deshidratada es más vulnerable a irritaciones, rojeces y otros problemas como la dermatitis. Sin suficiente agua, la barrera cutánea se debilita, permitiendo que agentes irritantes penetren más fácilmente y provoquen inflamación.
¿Como asegurar una buena hidratación en la piel?
  1. Hidratación interna: Beber suficiente agua es crucial para mantener la piel hidratada desde dentro. Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día para asegurar que la piel, junto con el resto del cuerpo, reciba la cantidad adecuada de líquido para funcionar correctamente.
  2. Productos hidratantes: El uso de productos tópicos como cremas, sérums y lociones que contengan ingredientes humectantes como el ácido hialurónico, la glicerina o el aloe vera ayuda a atraer y retener el agua en la piel, mejorando su hidratación.
  3. Protección de la barrera cutánea: El uso de productos ricos en lípidos y ceramidas puede reforzar la barrera cutánea, evitando la pérdida de agua y manteniendo la piel hidratada. Además, es importante evitar productos agresivos que puedan despojar la piel de sus aceites naturales, como jabones fuertes o limpiadores que contengan alcohol.
  4. Ambientes adecuados: Mantener un ambiente con niveles adecuados de humedad también es esencial. El uso de un humidificador en ambientes secos puede ayudar a prevenir la deshidratación de la piel, especialmente en climas fríos o durante el invierno.
Conclusión:

El agua es esencial para la salud y la belleza de la piel. Una piel bien hidratada no solo luce más suave y radiante, sino que también es más resistente a las agresiones externas y envejece de manera más saludable. A través de una adecuada hidratación interna y el uso de productos tópicos que ayuden a retener la humedad, podemos mantener la piel en su mejor estado, asegurándonos de que cumpla eficazmente su función protectora mientras se mantiene joven y fresca.


Desde INAYA te queremos recordar que mantener una hidratación adecuada no solo es cuestión de estética, sino de salud, ya que una piel bien hidratada es el reflejo de un cuerpo equilibrado.



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